A fines de enero del 2020 el artista Álvaro Suárez Vértiz viaja a España invitado por Roberto Polo Castro, un antiguo alumno del taller Suarez Vértiz quien tenía interés en adquirir una obra del Siglo XIX que Álvaro tenía en su poder para que formara parte de la colección ROBERTO POLO del Museo CORPO Castilla La Mancha del que Polo es fundador y que tiene sede en Toledo y Cuenca.

A este viaje le acompañó quien les escribe. En un comienzo se le prometió al artista exponer en diferentes Museos, espacios del ayuntamiento y Galerías con las que el anfitrión tenía amistad o relación; pero con el tiempo se fue desdibujando lo que parecía un sueño hecho realidad; todo esto conforme  llegaba el mes de marzo en el que se decretó el Estado de alarma.

Para hacer más llevadero el encierro, el artista pidió materiales como blocks A3, A2 y A4 además de pintura acrílica con los cuales pasaba parte del día en el sotano pintando y en caso hiciera un sol más primaveral; también alternaba en ratos en la mesa del jardín.

En la estancia en Toledo vivimos con Roberto Polo, su padre Roberto, su pareja Michel Mora, su socio y chef Robertino Consentino y de manera esporádica a inicios de febrero; convivimos también con Rafael Sierra, el director del Centro de Arte Contemporáneo de Castilla La Mancha, quien también era parte de la casa de lunes a jueves. Esta experiencia marcaría un antes y un después en la vida del artista y de quien les escribe.

 Luego de una serie de entredichos tuvimos que abandonar el chalet de Toledo tras 3 meses para luego mudarnos a un piso en el Ayuntamiento de San Sebastián de los Reyes en Madrid, donde nos invitaba a vivir una señora que había visto la obra de Suárez Vértiz por Facebook y además de reconocerse como admiradora de su Arte, se volvió su confidente de los momentos tensos que pasaba en el Chalet de Toledo.

Es en este espacio acogedor donde aprendimos más sobre España, sus costumbres, comida, palabras y gente; pues en la otra casa viviamos en medio de varias culturas, francesa, cubana  e italiana; por lo que no habíamos tenido la oportunidad de conocer bien a la gente española de manera vivencial. Es en el piso donde también el artista pasó mayor tiempo dedicado de lleno a pintar con la libertad de poder hacerlo sobre lienzos de diferentes formatos.

Tras varios meses de convivencia fuimos invitados por el escultor Héctor Delgado Millán, quien vivía con su esposa e hija a un chalet en Valdemorillo. Este lugar era ideal para estar seguros durante la pandemia por ser un pueblo y tener menor indice de contagios que las zonas más pobladas de Madrid. En este lugar se pudieron concretar proyectos expositivos al ser un ambiente más campestre y artístico. Privilegiado por el aire puro y el embalse a solo 180 m de la casa.

En ese tiempo expuso varios cuadros en el Ayuntamiento de Arenas de San Pedro en el Palacio de la Mosquera junto a una serie de artistas, invitado por el colectivo Arte Son.

Además hizo un viaje por diferentes rincones de Extremadura en el Marco del Día de las Letras Extremeñas; donde se le entrego un reconocimiento como participante activo y promotor de la Cultura; asimismo dio una entrevista a en RadioYa en el Programa En Forma, conducido por la doctota en derecho Carmen Melendez. 

Sus ultimos día en Madrid fueron en diferentes pisos cerca al centro de Madrid. Y con la idea de volver a Perú; antes de ello hizo una ultima exposición bipersonal junto al escultor Héctor Delgado en un Espacio temporal en Madrid. Es así como retorna a tierras limeñas a fines de septiembre del 2021 y retoma contacto con una serie de amistades del circulo cultural peruano.

Actualmente su obra forma parte de una exposición colectiva organizada por el Ministerio de Cultura: "MARAVILLARTE". El cuadro con el que participa se llama "Despertar" y mide 120 x 100 cm.

Mucha de su obra se encuentra en España, ya sea como parte de una colección privada o como parte del stock de cuadros que mueven sus representantes en Madrid.